Te pido que me cuentes todo eso que escondes tras de esa expresión y yo te voy a escuchar, calladita, y al final, te voy a dar una flor que yo misma dibujé.
No sé dibujas flores pero tú finges que es un flor y yo finjo que todo estará bien. Ganamos los dos.
Como ya no funciono correctamente para escribir con amor y calma, me fundo un nuevo lugar en el que planeo escribir pequeñas entradas dignas de un microblog excepto que... a veces son ligeramente más largas que 140 caracteres.
Y ya, eso es todo. El nuevo blog. Pásele a lo barrido.
domingo, 27 de enero de 2013
viernes, 18 de enero de 2013
Me dijeron que nada bueno sucede después de las dos de la mañana pero ¿sabes qué? Ese día estuvimos despiertos toda la noche. Ese día supe el tipo de alma que era. Ese día supe que existía el amor. Ese día reímos a la luz de las velas. Ese día entendí lo que eran los sueños. Ese día comprendí el futuro. Ese día comprendí la amistad y el trabajo. Ese día, mucho más importante que todo, comprendí la magia.
Después de las dos de la mañana pueden ser horas perfectas.
Después de las dos de la mañana pueden ser horas perfectas.
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