Probablemente fue el último año de primaria (o los dos primeros, pero probablemente el último... bueno, era primaria) cuando un maestro nos preguntó que hacíamos en caso de varias cosas. Una de ellas es si estábamos en una carrera y nuestra nariz comenzaba a sangrar. El profesor enseñaba deportes y se suponía que estaba altamente calificado en muchas cosas, pero yo siempre lo odié porque él me odiaba o algo. Primaria, ya saben. Al final, yo concluí que te apretabas el puente de la nariz y mirabas hacia abajo (como decía en la opción C) pero todo el mundo -incluyendo al maestro- tomaron la opción A: poner la cabeza hacia atrás y seguir corriendo. Me tomaron como una idiota y una terca por decir que eso era estúpido y que no debías hacer eso.
Si alguien sangra constantemente por la nariz sabrá que si haces eso TE TRAGAS LA SANGRE, yummy. O te ahogas.
Desde entonces descubrí que estaba rodeada de idiotas y de que no importa lo "preparado" que seas, sino tus bellos bellos conocimientos.
PD: profesor, hay algo llamado gravedad...
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